“El bellísimo cuadro Ícaro del 44 ha transformado la cabeza de la sufriente en una gigantesca escultura viva a la que invaden las ramas retorcidas de un árbol seco. El parecido de éstas con vasos sanguíneos o heridas instala una nueva metáfora en la cara de ojos desmesurados que contemplan la caída del varón utópico cuya tragedia ha sido la de toda la humanidad. El mito antiguo y la imagen cristiana del dolor han vuelto a converger en este paisaje de rocas, de mar y cielo tenebrosos.” José Emilio Burucúa y Laura Malosetti Costa: Iconografía de la mujer y lo femenino en la obra de Raquel Forner. Exposición Homenaje a Raquel Forner, en Galería Jacques Martínez Arte Contemporáneo,12 de junio al 7 de julio de 1990.


 

Ícaro, perteneciente a la serie El drama. Podemos notar que desde el título, nos remite al mito griego [5]. Esta referencia mítica permite suponer la necesidad de recuperar el pasado, en el acto creativo. De hecho, para Forner, la recuperación de los mitos (tanto los griegos como los hebreos) significan el reencuentro del artista con los propios orígenes.

En nuestra pintura en particular, se ve en primer término la cabeza de una mujer, sostenida sobre un acantilado. A su lado, hay un árbol cuyas ramas ingresan en ella. En el horizonte, puede apreciarse el mar y un hombre en paracaídas. El tratamiento del mito nos permite ver que la perturbación de la vida se debe al descontrol de las fuerzas desatadas por el mismo hombre. En este sentido, constituye una alegoría respecto al destino del mundo.

Por su afán de ascender, desatendiendo la advertencia de su padre, Ícaro acaba cayendo; el futuro del mundo resulta silenciado, y acaba perdiéndose, tras el intento de alzarse sobre el resto de los mortales. Esta alegoría encierra una lección, que aparecerá tratada en otras obras pictóricas: la desobediencia y la desmesura conllevan la muerte. Sin embargo, la temática de Ícaro constituye el ámbito experimental de los futuros viajes cósmicos. A diferencia de las obras posteriores, ésta está privada de esperanza, pues representa un mundo sin futuro, el mundo de la modernidad. Prof. Rosana D. Molero,  Cipolletti, julio de 2002. Leer más: http://www.monografias.com/trabajos65/raquel-forner/raquel-forner.shtml#ixzz4NXUlYdlS
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20 enero, 2017